3 de abril de 2015.-
Hoy se cumplen 74 años de la muerte en Valdenoceda de NICOLÁS NAVACERRADA MONTES, de San Sebastián de los Reyes (Madrid). Sus hijas, Manuela y Fermina, siempre quisieron recuperar los restos de su padre. Las dos han fallecido, pero los nietos luchan por hacer realidad el deseo de sus madres.
Al finalizar la guerra española, Manuela y Fermina vivían con sus padres. Un día, siendo ellas muy niñas, vieron cómo se llevaron detenido a su padre. Y no olvidaron. Siempre recordaron a su padre y hablaron de él a sus hijos, todos varones.
Cuando en 2005 nos constituimos como Agrupación y comenzamos la búsqueda de familias (para lo cual recurríamos a los medios de comunicación), Manuela nos localizó a través de la Cadena SER. Cuando supo de nosotros y confirmó que su padre estaba en la lista de fallecidos en Valdenoceda, preguntó qué tenía que hacer para recuperar sus restos. Nosotros le contestamos que esperase, que «hay que tener paciencia». Por aquel entonces, ni siquiera pensábamos que sería posible la exhumación. Su hermana Fermina, mayor que ella, había fallecido con la amargura de no saber si podría recuperar los restos de su padre.
Cuando en 2007 comenzamos la exhumación, llamamos a Manuela para decirle que ojalá pronto podría recuperar los restos de su padre. No cogía el teléfono. Insistíamos, hasta que un día localizamos a uno de sus hijos, que nos comunicó que esta mujer había fallecido. La familia, lógicamente, estaba destrozada, porque acababan de perder a su madre, pérdida que se sumaba a la de Fermina. Y nosotros respetamos su duelo y nos pusimos a su disposición.
Meses después, nos llamaron los hijos de Manuela y de Fermina (nietos de aquel preso que murió en Valdenoceda) para decirnos que ellos querían hacerse la prueba de ADN, para identificar los restos de su abuelo y poder enterrarlo con sus madres, que reposan en el mismo panteón familiar.
De esta forma, Manuela y Fermina, quizás sin saberlo (aunque seguramente sí lo saben ya), van a conseguir lo que más querían: recuperar a su padre. Las dos, por fin, podrán descansar para siempre junto a él, en su pueblo.
De niñas vieron cómo se lo llevaban de casa y nunca más volvió. Ahora, gracias a la generosidad de sus hijos y nietos, podrán volver con él. Más de 70 años después, esas niñas, ya fallecidas, y sus familias podrán empezar a cerrar su herida.
Hoy, las pruebas de ADN continúan. Con lentitud, por la falta de recursos, pero continúan. Los restos de nicolás no han podido ser identificados aún. Ojalá consigamos hacerlo realidad.
Un abrazo a todos y, en especial, a esa familia maravillosa.
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