Hoy queremos recordar un poema de Marisa Peña, con el que siempre comienza sus intervenciones Hilda Farfante. El poema de Marisa, extraordinaria escritora, recuerda y reconoce la tarea de todos los que estamos embarcados en la lucha contra el olvido, de los que aspiramos a enterrar dignamente a los nuestros, de los que queremos mantener viva su memoria y sus valores, de los que siempre haremos frente al fascismo… ¡¡¡Gracias, Marisa!!!

Mientras me quede voz
hablaré de los muertos
tan quietos, tan callados, 
tan molestos.

Mientras me quede voz
hablaré de sus sueños,
de todas las traiciones,
de todos los silencios,
de los huesos sin nombre
esperando el regreso,
de su entrega absoluta,
de su dolor de invierno.

 Mientras me quede voz
 no han de callar mis muertos.