9 de enero de 2015.-
Han pasado 75 años desde el 9 de enero de 1940. Ya no había guerra en España, pero en nuestro país unos (los ‘vencedores’) se ensañaban con los otros (los ‘perdedores’). Ese día, JUSTO RUIZ MIGUEL, nacido y residente en Grijalba, provincia de Burgos, moría como consecuencia del ensañamiento de unos españoles sobre los otros.
En España no existía entonces la Justicia. Por supuesto, no había (ni se la esperaba) Democracia. A los perdedores se les dijo que no debían temer nada y que había llegado el tiempo de la reconciliación. Fue una mentira más, que condujo a muchos hombres y mujeres de buena fe a la cárcel y a una durísima represión, que en miles de ocasiones acabó con su muerte.
Justo Ruiz Miguel era de Grijalba, en la provincia de Burgos. Estaba casado y tenía hijos. Murió, de hambre y frío, el 9 de enero de 1940. Hoy se cumplen, pues, 75 años de su muerte. Y no olvidamos. Y tampoco queremos olvidar. Recordar aquel horror es la mejor manera de evitar que se pueda repetir. No es, como falsamente nos dicen, reabrir heridas. Al contrario, queremos cerrarlas.
La familia de Justo fue localizada. Sus restos fueron exhumados en 2007 e identificados después y entregados a su familia. Hoy reposan en su pueblo. Por fin, esta familia ha podido iniciar el camino que todos deseamos para poder cerrar una herida que lleva tantos años abierta. ¿Tan difícil es de entender?