27 de noviembre de 2015.- 

Ayer tuvimos conocimiento de que Ascensión Mendieta, hija de Timoteo Mendieta, ha recibido autorización judicial para exhumar los restos de su padre, asesinado en Guadalajara y enterrado en una fosa común. Desde aquí, deseamos a Ascensión y a la ARMH, que se va a hacer cargo de los gastos derivados de los trabajos de exhumación, la mayor de las suertes. Ojalá puedan conseguirlo. Estaremos allí, en Guadalajara, cuando comiencen los trabajos de exhumación.

Por Timoteo, por Luis, por Ernesto, por Antonia, por Eustasio, por Ceferino, por Balbina…… por tantos y tantos que fueron asesinados cobardamente, sin «juicio» o después de una pantomima de «juicio». O muertos de hambre, como en Valdenoceda. Por todos ellos, por sus familias, que sufrieron su ausencia, por todos…. queremos recordar que ‘mientras me quede voz, gritaré por mis muertos’, como dice el poema de Marisa Peña.

Y una de esas voces es la de Hilda Farfante, hija de Ceferino y Balbina, a los que todavía busca la propia Hilda. Escuchemos el grito de Hilda en Valdenoceda, porque el grito de Hilda es el grito de todos.